Seat Exeo | 560
La noticia de que las ayudas que el Estado y las autonomías han dado a la compra de automóviles tributan en el IRPF ha caído como un jarro de agua fría en el sector, que ayer pidió de forma unánime al Gobierno y al Parlamento un cambio urgente en la legislación para declarar exentas estas rentas. De este modo se evitaría que los 250.000 contribuyentes que se han beneficiado de las ayudas tengan que devolver a Hacienda ahora, cuando presenten su declaración de la renta, entre 240 y 430 euros, dependiendo de su nivel de ingresos. Las patronales de los fabricantes, Anfac, y de los importadores, Aniacam, hicieron ayer público un comunicado en el que explican que los ciudadanos que compraron un coche el año pasado y entregaron a cambio un vehículo con más de 10 años de antigüedad no tienen que pagar a Hacienda por los 1.000 euros que le descontó el concesionario a cuenta de la industria automovilística, pero sí por los 500 o 1.000 (dependiendo de la comunidad autónoma) que recibieron de las administraciones públicas. En este sentido, piden al Ejecutivo que se resuelva el problema planteado con la tributación de estas ayudas públicas para que no se vea empeñada una medida que ha tenido efectos positivos en la producción, el mercado, los ingresos fiscales y el empleo. También la patronal de concesionarios de automóviles, Faconauto, se sumó ayer a esta petición al pedir al Ejecutivo y al Congeso de los Diputados una modificación urgente del tratamiento fiscal del Plan 2000E para evitar perjuicios a los beneficiarios de estas ayudas. Faconauto anunció, además, que promoverá una iniciativa en el seno de la mesa de la Automoción de la CEOE para que se impulse un plan estructural de renovación del parque automovilístico. La organización promoverá esta iniciativa para evitar que los concesionarios tengan que adelantar el dinero de las ayudas públicas y para que los compradores no se vean obligados a declararlas en el impuesto sobre la Renta. De hecho, los antiguos planes «prever», que descontaban una cantidad del impuesto de Matriculación cuando se compraba un vehículo y a cambio se entregaba otro viejo, no suponían ningún gasto fiscal extra para el comprador.