Sacarse el carné. Hay quien lo hace por vocación, por el simple placer de conducir, y hay quien lo hace porque lo exige su vida diaria. La realidad es que, hoy en día, tener el permiso de conducción, incluso vehículo propio, se ha convertido para muchos en una necesidad que se traduce en libertad. Fue esto mismo lo que llevó a C.F.G, conductora de 51 años de edad casada y con dos hijos, a sacarse el carné de conducir. En su caso, todo fue bien hasta su segunda clase práctica cuando, nada más incorporarse a la autopista, un vehículo dando vueltas de campana invadió su carril a poco más de cien metros de su coche de prácticas. Escuchando su experiencia nos surge la primera pregunta, ¿por qué se empieza a sufrir la fobia a conducir?
Amaxofobia: las causas
El psicólogo Javier Díaz Calero trata desde hace años a pacientes que padecen amaxofobia mediante terapia práctica. En su web ‘Conduce sin miedo’ se detalla mucha información relativa a la amaxofobia y, en primer término divide a los amaxofóbicos en tres grandes grupos: noveles que llevan mucho tiempo sin conducir y cuando lo retoman no tienen la experiencia necesaria, lo que se traduce en inseguridad y por tanto miedo; gente que ha desarrollado con los años ansiedad en la conducción, lo que viene generado por el estrés de su vida diaria, y conductores que ha sufrido una experiencia traumática, teniendomiedo a que se repita.
C.F.G pertenece a este tercer grupo: aquella experiencia la persiguió durante mucho tiempo. En primer lugar, tardó varios meses en retomar las clases prácticas, aunque una vez en materia, se sacó el carné a la primera. Como nos explica, en realidad podía conducir sin problemas, aunque siempre por ciudad. Por el contrario, las autopistas eran territorio vedado: sólo imaginarse incorporándose a una vía de alta velocidad la paralizaba por completo. También es el caso de María, una joven de 23 años: su miedo a conducir existió desde el principio, motivado por un accidente en el que no conducía ella.
¿Qué siente un amaxofóbico?
‘Pánico completo y paralizante. Ansiedad y terror básicamente. Sentía que, por mi miedo, podía llegar a provocar un accidente al no circular a altas velocidades como el resto’, nos comenta C.F.G. Según el doctor Díaz Calero, éste es uno de los síntomas habituales en un amaxafóbico: tener una autopercepción negativa de uno mismo, considerándose un peligro para el resto de conductores. Lo mismo le ocurre a María, que describe su sensación al volante como ‘verdadero pánico’ y detalla que, cuando ha intentado conducir, sufre ataques de ansiedad: ‘me pongo tan nerviosa que no controlo y me bloqueo. Cuando estoy al volante siento que no tengo no controlo yo la situación. Tengo miedo a tener un accidente o hacer algo mal y que por mi culpa pase algo’. De hecho, fue el pánico lo que provocó que tuviera un golpe una de las pocas veces que se puso al volante: aquello supuso su rechazo completo a la conducción.
En ocasiones, el que padece miedo a conducir del tipo paralizante tiene pensamientos negativos y se imagina todo tipo de sustancias catastróficas en la carretera. En caso de una persona que ha sufrido o visto un accidente, lo que hace es rememorar aquella experiencia traumática al intentar conducir. ‘Tras el accidente no sólo me da miedo conducir, sino únicamente el hecho de ir en coche y que nos volvamos a estrellar’, nos explica María.
amaxofobia?
Como se explica en la web de ‘Conducir sin Miedo’, las mujeres con una edad de entre 30 y 40 años son el perfil más habitual. No obstante, a grandes rasgos son las conductoras las que tienen más tendencia a sufrir esta fobia: según un estudio realizado por la fundación Mapfre, el 17 por ciento de los conductores con miedo a conducir de tipo circunstancial son mujeres, así como el 2 por ciento en el caso del tipo paralizante. En ambos casos, el porcentaje de mujeres dobla al de los hombres.
De igual manera, es frecuente que el miedo a conducir se dé en personas que se sacaron el carné pero han estado mucho tiempo sin coger el coche, como es el caso de María: condujo en contadas ocasiones tras sacarse el carné hace tres años y el miedo, sumado a la falta de experiencia, hacen que conducir sea ahora tarea imposible.
Acabar con la amaxofobia, ¿posible?
Un soleado domingo, como prueba, C.F.G decidió hacer frente a sus fantasmas y llegar a la oficina en coche, para lo que tenía que tomar la autopista. Lo hizo. Aquella hazaña le hizo superar su fobia: las autopistas dejaron de ser un territorio prohibido en su mente. Pero, ¿ha acabado totalmente con el miedo a conducir?
La respuesta es no. A pesar de que puede ponerse al volante sin problemas, aún hay determinadas circunstancias en las que el pánico aflora. La primera es perderse: nunca puede hacer sola un recorrido que no haya hecho previamente con alguien y que se aprenda de memoria. ‘Tengo verdadero terror a perderme, que me equivoque al leer un cartel y tomar una salida equivocada y que ya no haya vuelta atrás’. Por esta misma razón, no puede hacer sola viajes muy largos.
Los atascos también le crean ansiedad, ‘una sensación horrible de claustrofobia, de no poder avanzar’. También los túneles de larga duración: ‘Vivo en Madrid y jamás me he metido en uno de los túneles de la M30, tampoco permito que se meta alguien si yo voy en el coche’. Pensar en sufrir allí un accidente y quedarse atrapada es su mayor temor.
Es habitual que aquellos que superan una amaxofobia paralizante pasen a desarrollar una de tipo circunstancial. Es decir: sólo determinadas situaciones les provocan miedo. Como se detalla en el informe realizado por Mapfre, las condiciones más recurrentes son la mala climatología, circular de noche o hacerlo con tráfico denso. Normalmente, los conductores intentan evitar en la medida de lo posible estas circunstancias, aunque los hay, una minoría, que deciden hacerlo con frecuencia para superar el miedo.
Por su parte, María aún no ha combatido su miedo, ‘ahora mismo soy incapaz de conducir y me está limitando mucho la vida. Quiero perder el miedo y empezar desde cero otra vez, pero ahora no podría coger el coche sin antes una preparación y haciéndolo poco a poco’.
Tengo amaxofobia, ¿cómo puedo superarlo?
C.F.G superó el miedo a conducir por sí misma y nos cuenta que utiliza diferentes técnicas para mantener a raya el pánico y la ansiedad: respiración para tranquilizarse y recurrir a pensamientos positivos tales como ‘me veo llegando a mi destino sin problemas’.
No obstante, en los casos más extremos no hay más remedio que acudir a manos de un experto. Además de la citada ‘Conducir sin Miedo’, existen diversas opciones: la propia DGT da cursos para superar esta fobia,así como diversas autoescuelas en toda España. En Internet, encontramos una amplia maraña de blogs y webs especializadas en el tema e incluso cursos online. Muchos de ellos tienen coste, por lo que lo recomendable es solicitar ayuda en aquellos sitios que cuenten con cierto aval y estén respaldados por opiniones.
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