FPI ha publicado un tema
Las matrículas, historia de la identidad del automóvil
Cuando a finales del siglo XIX comenzaron a circular por los caminos de esta península aquellos artilugios denominados automóviles, nada hacía sospechar la magnitud y popularidad que alcanzarían, tan solo unas décadas más tarde, este nuevo medio de transporte. Unos por miedo o desconocimiento y otros por la imposibilidad económica de adquirir uno de ellos, lo cierto es que el mercado del automóvil, en sus comienzos, era insignificante
Los primeros privilegiados poseedores de un automóvil en España pertenecían a las clases más acomodadas, burgueses y ricos comerciantes eran los únicos que podían permitirse semejante lujo.
Las primeras unidades que circularon por aquel entonces no disponían de ninguna placa identificativa, ni distintivo, que diera alguna pista sobre su procedencia o dueño, por lo que en muchos casos los accidentes causados por la imprudencia y temeridad del conductor quedaban impunes ante la justicia. La legislación vigente de la época así como las infraestructuras urbanísticas tuvieron también que adaptarse al nuevo invento, ya que en tan solo una década el ver circular un automóvil por las grandes ciudades pasó de rareza a convertirse en habitual.
Primer automóvil en carretera ¿Que automóvil fue el primero en circular por España? Tras consultar distintas fuentes no hay respuesta absoluta, ni fecha, ni modelo, ni propietario. Si descartamos la incipiente y efímera industria automotriz basada en motores a vapor o eléctricos, parece ser que el primer automóvil con motor de gasolina llegó a España en 1891, importado de Francia, un Panhard Levassor comenzó a circular por tierras asturianas. Debido a la inexistencia de fabricantes nacionales, el país vecino se convirtió en el principal proveedor del nuevo artefacto.
Hasta 1900 no se había matriculado ningún vehículo en nuestro país, ya que hasta entonces no existía legislación alguna para ello. La primera matrícula de la que se tiene constancia data del 31 de octubre de ese año y corresponde a un Clement propiedad de José Sureda, de Santa catalina, Palma de Mallorca. Ese mismo año se matricularon 3 coches más, otro en la misma provincia y dos más en lugares tan dispares como Cáceres y Salamanca. Desde entonces el parque automovilístico no ha dejado de crecer lo que ha llevado a sucesivos cambios en cuanto a normativas. En un principio y hasta 1907 cada vehículo disponía de una doble numeración, la del ayuntamiento con la que se podía circular por el municipio y otro distintivo del gobierno civil que ampliaba así los límites hasta la provincia.
El 24 de mayo de 1907 se unifican las matriculas quedando anuladas las municipales y designando dos o tres letras según la provincia. En ese año el parque automovilístico se sitúa en algo más de 1000 unidades. Aún con esta norma ya funcionando, se podían producir hechos como que en algunas provincias no existiera el número 13 o la duplicidad de matrículas, como el caso de Baleares o Badajoz en las que se empleaba BA para ambos casos. La mezcla entre el primer y segundo sistema y sus errores llevó a una primera corrección del reglamento de 1907, en julio de 1918 y en el que además se incorporan las siglas ME para Ceuta y Melilla.
Fenómeno social Poco a poco el uso del automóvil se iba extendiendo por el territorio nacional, en las grandes ciudades la mezcla entre vehículos de tracción motor de la clase más pudiente, las bicicletas de la clase media-alta y los carros tirados por animales para las más populares, se mantuvo hasta la década de los cuarenta. Una nueva modificación se produciría el 16 de junio de 1926 con la aparición del reglamento para la circulación de vehículos con motor mecánico, en el que desaparecen definitivamente las 3 letras de las placas, pasando todas como máximo a 2, las cuales identifican la provincia en la que el vehículo está matriculado seguido de seis números.
Con la llegada de los primeros utilitarios accesibles para la clase media este sistema tuvo que ser modificado de nuevo en 1971 ya que se estaba agotando en ciudades como Madrid y Barcelona. Con el decreto 2046/1971 de 13 de agosto, se impusieron grandes cambios en el código de circulación en cuanto a seguridad y la obligatoriedad del uso de elementos mecánicos en los coches que hoy en día nos parece impensable que un coche pudiera circular sin ellos, como es el caso del limpiaparabrisas, entre ellos también se incluía el nuevo sistema de matriculación.
Importantes novedades El 6 de octubre de ese año se asignan las ultimas matriculas del antiguo sistema de matriculación que corresponde a B-918387 y M-960985, dejando paso a las nuevas placas, que consta del mismo distintivo provincial que el modelo anterior, un numero de 4 cifras y una o dos letras finales. Así se matriculan en Madrid un Renault 4 con placa M-0000-A y en Barcelona un SEAT 600 B-0000-A. Parecía que este sistema iba a durar casi eternamente, pero el parque automovilístico crecía a un ritmo frenético y nuevamente como paso en 1971, el sistema de matriculación se estaba agotando en Madrid y Barcelona.
Sistema actual Finalmente el 15 de septiembre de 2000, coincidiendo con el centenario de la primera matriculación en España, se aprobó la orden por la cual se modifica el reglamento general de vehículos, y según el cual las nuevas matriculas carecerían de distintivo provincial, reduciéndose la identificación a un número de 4 cifras, seguido de un conjunto de 3 letras, evitando en todo momento cualquier mezcla que pueda producir palabras que lleven a confusión o mal sonantes.
El primer vehículo que usó este nuevo sistema fue un Mercedes 230-SL de 1981 rematriculado en Álava, con placa 0000-BBB. Las expectativas para este nuevo sistema de identificación de vehículos podría durar se calcula en unos cuarenta años dependiendo del ritmo de ventas, algo difícil estimar hoy en día. Aunque a saber como se identificarán y por donde circularán los vehículos de aquí a que esta modalidad se agote, quién sabe si el uso de códigos de barras o chips electrónicos con lectores de infrarrojos o láser mezclados con los nuevos sistemas de comunicación entre vehículos haga innecesario el uso de las placas de matrículas.
La gran mayoría del parque automovilístico nacional se concentraba en Madrid Y Barcelona, donde las infraestructuras urbanísticas se iban adaptando rápidamente a los nuevos vehículos mientras que no era raro circular por vías y caminos rurales al ritmo de algún rebaño de ovejas hasta mediados del siglo pasado.
Mientras que en 1900 ya se comenzaban a matricular vehículos en algunas provincias, en otras se tardó algunos años más. La más tardía en la península fue Huelva, cuya primera matriculación data del año 1912.
Imposible pegar aquí los datos... sale el siguiente error>>> 