El lanzamiento del Audi A1 fue uno de los más esperados del pasado año 2010. Audi se animaba a producir un auténtico utilitario premium, para ganar parte del jugoso pastel de ventas del que disfruta casi en solitario el Mini de BMW. Años de desarrollo y rumores no confirmados han desembocado en el vehículo que tenéis ante vuestros ojos. Si nos olvidamos del experimento del Audi A2 (yo lo calificaría más bien como un monovolúmen de carácter urbano) es el primer utilitario con cuatro aros en el frontal.
Las dimensiones del Audi A1 son bastante contenidas, mide sólamente 3.95 metros de longitud. Se construye sobre la plataforma PQ25 del Grupo Volkswagen, la misma sobre la que se construyen los Seat Ibiza, Volkswagen Polo y Skoda Fabia. Hasta ahora, esta plataforma limitaba la mecánica a propulsores en posición delantera transversal y tracción delantera, pero pronto podrá tener tracción integral. La propuesta de Audi ofrece un habitáculo de alta calidad, una gran dinámica y un aspecto exclusivo. ¿Te apetece conocerlo?
Nuestra unidad de pruebas está equipada con el nuevo motor 1.6 TDI de 105 CV. No es la primera vez que cato este reemplazo del 1.9 TDI PD y me sigue pareciendo una de las mejores opciones del mercado en su cilindrada. Aunque su fecha de matriculación es reciente nuestro A1 ya tenía más de 9.000 km en el odómetro. En nuestra prueba le han caído casi 2.000 km adicionales. El acabado probado es el Ambition, tope de gama, y cargado con una buena ración de extras para elevar la exclusividad (y el precio).
Un pequeño muy llamativo
Recogimos el coche en el centro de Madrid y nos dedicamos a callejear un rato. Poco a poco, comprobamos como muchos conductores nos dirigen miradas fugaces y en cierto modo celosas. Con su color rojo y llantas de 17 pulgadas de diámetro, destaca bajo el sol invernal. El Audi A1 mantiene la imagen de marca de sus hermanos mayores pero la redimensiona a un tamaño inferior a los cuatro metros, en mi opinión con gran acierto, aunque para gustos, están los colores y están los coches.
El frontal porta la típica calandra de borde cromado con los cuatro aros enmarcados, tomando protagonismo. Los faros delanteros tienen una forma bastante característica, con un párpado compuesto por una fina banda de LEDs diurnos. El efecto de estas luces es similar al de otros Audi, pero en lugar de distinguirse claramente las bombillas LED lo que vemos es una luz de intensidad continua, visible incluso a contraluz. Su intensidad disminuye cuando encendemos los faros de xenón que equipa nuestra unidad.
La vista frontal se completa con los típicos antiniebla. Su perfil lateral es de lo más peculiar. En primer lugar, a todos nos llaman la atención los arcos del techo pintados en color plateado. Es una solución diferente que monta por ejemplo el Peugeot RCZ y que claramente diferencia al utilitario de la competencia, como por ejemplo el Mini lo hace si tiene el techo pintado en otro color que la carrocería. Los voladizos son cortos y los pasos de rueda enmarcan las llantas de 17 pulgadas de manera robusta.
Desde atrás el diseño del coche divide a la opinión. Hay gente que lo ama, y otros lo detestan. En parte es más fuerte por el diseño personal de las ópticas traseras. Son 100% LED, se iluminan con un curioso patrón y son de gran tamaño. Un spoiler de dimensiones correctas corona el portón del maletero y en la parte baja del paragolpes asoma tímidamente una cola de escape cromada. Versiones potentes como el A1 1.4 TFSI de 185 CV llevan dos colines de escape, el TDI de 105 CV tiene que conformarse con una.
Calidades premium, diseño moderno
Me siento en el asiento del conductor del Audi A1 y cierro la puerta. El sonido es pesado y sordo, impropio de un utilitario. Empiezo a fijarme en los detalles y acabados y por un momento pienso si me habré confundido y estoy sentado en un Audi A3. Audi ha trabajado mucho las calidades del habitáculo, y eso se demuestra en el plástico de tacto blando empleado en el salpicadero. La parte inferior y la consola central son plástico duro, pero de acabados perfectos, totalmente ausente de bordes ásperos.
El hecho de tratarse de un vehículo premium se nota en el tacto de las ruletas de metal de los aireadores, los mandos del climatizador o los tiradores de puertas y guantera, también metálicos. En cuanto a calidad percibida y refinamiento, es claramente superior a un Mini o a un Alfa Romeo Mi.To. La instrumentación tiene un diseño refinado y en el centro ubica a una pantalla multifunción que muestra información muy abundante del ordenador de a bordo, equipo de infotainment o la agenda de nuestro teléfono.
Los relojes están bien dispuestos, son de lectura fácil y excelente visibilidad de día o de noche. La instrumentación no tiene display de temperatura del aceite, pero sí temperatura del agua, con la que nos tendremos que conformar. El asiento del conductor es regulable en altura y tiene regulación lumbar, no así el asiento del copiloto. Es muy amplio a nivel de respaldo o banqueta y aún no siendo deportivo, sus flancos sujetan muy bien el cuerpo en zonas de curvas. Con mi ajuste, el espacio que tengo para mis rodillas es correcto, pero no sobra.
No es molesto, pero mi rodilla va apoyada sobre la consola central, es inevitable. No hay quejas a la hora de ajustar el volante y aún queda un buen trecho hasta que mi cabeza toque con el techo. Tengo muy a mano en la zona de la puerta los controles de elevalunas y la regulación de los retrovisores. Un detalle que no me gusta es la ruleta de regulación, más propia de un Seat Ibiza que de un Audi que parte de casi 16.000 €. Se supone que el sobreprecio, además de los múltiples detalles premium del coche, paga también este detalle que desluce ligeramente al conjunto de la puerta.
Es un defecto sin demasiada importancia, pues se olvida en cuanto nuestras manos se posan sobre un volante muy similar al del Audi TT. Forrado en cuero de alta calidad, tiene mandos para regular el sonido, atender llamadas o manejar el navegador. La salida de los aireadores centrales es muy llamativa, situada por debajo de la pantalla LCD que corona la consola central. En ella se muestra la información de infotainment y la configuración del coche, que manejamos a través del mando del MMI.
Este se ubica en la consola central, no junto a la palanca de cambios, principalmente por requerimientos de espacio. Su interfaz es agradable y tiene un manejo realmente intuitivo para la cantidad de funciones que aglutina. Bajo el equipo de sonido están los preciosos mandos de la climatización. La consola está ligeramente orientada al conductor, y bajo la misma encontramos los botones de desactivación del Stop&Start y ESP, además de hueco para dos botellas de agua de medio litro.
En las puertas también hay un hueco amplio para una botella de agua de litro y medio, con espacio restante para documentación, mapas o revistas. La conexión USB con el equipo de sonido de nuestra unidad no era posible, por lo que tuvimos que recurrir a un CD con archivos en MP3. Sí lleva conexión auxiliar de serie, pero no nos resultaba útil. La palanca de cambios del Audi A1 queda a mano, y tiene el mismo tacto que la de un Volkswagen Golf de sexta generación, con un diseño prácticamente idéntico.
El reposabrazos opcional tiene un hueco en su interior suficiente para una cartera o el móvil, pero lo cierto es que hay coches más prácticos a la hora de “vaciarse los bolsillos”. La guantera, al lado del copiloto, tiene un tamaño correcto, sin mucha más capacidad.
Plazas traseras pequeñas
El Audi A1 es un utilitario homologado para sólamente cuatro plazas, por lo que no hay problemas algunos de amplitud entre los dos pasajeros. Lo que sí podría pasar es que si esos pasajeros miden más de 1.80 metros su cabeza va a estar muy cerca del techo, prácticamente en contacto. Si el asiento delantero está retraído puede que sus rodillas acaben encajadas en dicho asiento. Las plazas traseras son algo justas en dicho sentido, aunque permiten viajes largos sin mayores problemas.
Los pasajeros tienen también un portabebidas a su servicio y un cómodo espacio lateral que actua de reposabrazos. Un detalle que no me ha gustado demasiado es que no disponen de asideros cogeviejas en el techo. Los reposacabezas deberían ir plegados si las plazas van a estar desocupadas, pues restan visibilidad por el espejo retrovisor. Si nos sentamos con ellos plegados estaremos incómodos: es una medida de seguridad destinada a que los coloquemos bien para que cumplan su función.
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