Venga otro mas.
De las unidades que se fabricaron cuatro fueron expuestas en diferentes salones, veinte las destinadas a competir, el resto salieron de fábrica todas pintadas de rojo, y con un precio de once millones de las antiguas y ahora añoradas pesetas.
El Lancia Delta S4 Stralade era y es un automóvil espectacular, con motor central turbocompresor de nueva generación que rendía 265 cv y 280 Nm de par, biplaza, y con un lujoso equipamiento. La colocación del propulsor vino marcada por que los técnicos de Lancia aprovecharon la célula de cromo molibdeno del 037. Llevaba de serie aire acondicionado, tapicería de cuero en color marrón, ordenador de a bordo, retrovisores eléctricos, volante de piel vuelta, asientos deportivos, pedales cerquita para las maniobras de punta tacón, y un montón de buenos detalles más.
Solo ciento setenta y seis propietarios pudieron disfrutar de un coche extraordinario con un motor que llenaba el habitáculo de un sonido de carreras, y que después de pasados más de veinte años se puede comprar, como poco, por el mismo precio de adquisición. Si está bien conservado claro.