El Peugeot 208 1.4 HDI es la opción más asequible del nuevo utilitario galo. En marcha resulta más ligero y habitable que su predecesor 207, pues sigue los pasos del 205. Lástima de cambio CMP, demasiado lento y tosco en su funcionamiento.
El Peugeot 208 tiene una importante tarea por delante: lograr el primer puesto en la categoría de utilitarios. Si llega a triunfar o no es algo que el tiempo se encargará de decir, pero lo que está claro es que todo apunta a que puede hacerlo. De momento, este Peugeot 208 1.4 HDi se presenta como el más asequible de la gama. Mucho se ha comentado hasta este momento del 'downsizing', esa tendencia que habla sobre motores cada vez más pequeños y eficientes. Pero, ¿y si te digo que Peugeot lleva la idea más allá al unir esta tecnología con una carrocería más pequeña y ligera?
De esta manera, en la marca rompen con la tendencia habitual de todos los fabricantes de hacer cada nueva generación más grande y pesada. Una decisión inteligente, sin duda. Sobre todo porque a pesar de medir cinco centímetros menos, curiosamente, ofrece una mayor habitabilidad (en las plazas traseras hay más espacio longitudinal para las piernas) y un maletero que crece 15 litros, hasta alcanzar los 285. Respecto al peso, el nuevo Peugeot 208 puede ser entre 110 y 173 kilos más ligero que su predecesor, según versiones.
Otro dato que me hace pensar que este Peugeot 208 1.4 HDi se ha subido al carro de la más pura actualidad es su diseño interior, de aspecto más serio que antes y hasta con un cierto toque premium. La parte baja de la consola me recuerda a las berlinas de la marca, la iluminación está muy lograda, la pantalla de información en el tablero de instrumentos tiene muy buena definición… Otro rasgo totalmente personal del nuevo 208 es su volante, que es pequeñísimo. Acostumbrarse al buen tacto de su dirección es fácil, ya que te hace más agradable la conducción.
Pero esto no quita para que te diga dos cosas. 1. Después de conducir un 208, cuando te subas a otro coche te va a parecer que su volante es una paellera para diez. 2. Seas alto, bajito o mediano no llegarás nunca a ver toda la instrumentación porque el aro del volante la tapa. Esto es un hecho contrastado y que Peugeot admite. Bajo el capó del 208 que voy conduciendo se esconde un 1.4 HDi de 68 CV. Que no te engañen sus cifras de aceleración, que aunque parezca un caracol con sus 16 segundos en el 0 a 100 km/h, en realidad no va tan mal.
Para su potencia es bastante digno a la hora de recuperar y, si acaso, se le puede achacar un exceso de ruido. Como arranque de gama es correcto. El verdadero problema que tiene este Peugeot 208 1.4 HDi es el matrimonio que forma con el cambio manual pilotado CMP. Es eterno en sus transiciones, da tirones, interrumpe la tracción, no elige la marcha adecuada y te pone tenso cuando aparcas... Rivales como el Skoda Fabia o el Seat Ibiza montan cambios automáticos mucho mejores,
Fuente: AutoBild.es.