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Como Pedro por su casa
La final de Copa duró casi como el himno que se pitó en el Calderón. Allí, en el Manzanares, el Barcelona se adueñó de la gabarra del Athletic y se paseó en ella exhibiendo su preciosa figura. Los rojiblancos tuvieron la mala suerte de estar en el peor lugar en el peor momento posible teniendo enfrente al Barcelona de Guardiola, y justo el día de la despedida de su mentor. Fue una muestra absoluta de lo que ha dejado Pep, que se fue del Barcelona disfrutando con un triunfo de su equipo y con la forma de vida con la pelota que les ha hecho diferentes. Sus jugadores le homenajearon y cerraron con un título el mejor ciclo de su historia.
Así se escuchó el himno por televisión
Pitada monumental al Himno Nacional antes del comienzo de la final de la Copa de El Rey
Y los pitidos se adueñaron del Calderón
Estaba previsto, había pocas dudas al respecto. El Vicente Calderón respondió con una pitada unánime al himno nacional que presidió el choque en los momentos previos a su inicio. Aficionados del Athletic, aficionados del Barcelona, todos se encargaron de ensordecer la melodía nacional. Por si alguien no lo tenía claro, el Calderón sirvió de nítido altavoz a las hinchadas de ambos conjuntos.
Hubo incluso recordatorio para Esperanza Aguirre, en el punto de mira tras sus controvertidas declaraciones. Quedó patente el pensamiento de una gran mayoría. Porque la pitada estuvo orquestada por eso mismo, una amplia mayoría. Fueron tan solo unos segundos que dieron paso de inmediato a la fiesta del fútbol. Lo que debería primar por encima de todo.
Pitada al Himno Nacional Español | Final Copa Del Rey 2012 | Mosaico Força Barça | Barcelona
El hermanamiento dio paso al monólogo azulgrana
El partido del Vicente Calderón sirvió para ratificar la tradicional buena relación que existe entre los aficionados del Athletic y el Barcelona. Tanto en los aledaños del estadio en los momentos previos como en las gradas de la casa rojiblanca, el buen ambiente reinó por encima de todo. Complicidad que muy pronto dio paso a la fiesta azulgrana. El prematuro varapalo anestesió los ánimos de la hinchada vasca. Y es que son ya dos finales perdidas.
Al igual que su equipo, la afición azulgrana se mostró más agresiva y más metida en el partido. Sus cánticos fueron la banda sonora de un equipo que funcionó a las mil maravillas. Encontraron poca respuesta en los hinchas del Athletic, excesivamente tocados tras vivir la misma historia que en Bucarest. No les dio tiempo ni siquiera a disfrutar de la final. Su equipo se quedó sin Copa demasiado pronto.