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POR LOS RECORTES
J. GUIL Día 18/01/2012
BARCELONA
Primero fue el negarse a utilizar el catalán en los atestados y en el trato al ciudadano, lo que soliviantó los ánimos nacionalistas de los presidentes Mas y Pujol, entre otros. Ahora, los perjudicados son todos los ciudadanos, hablen lo que hablen, que circulan por las carreteras. Incluso el propio consejero de Interior, Felip Puig.
La Consejería de Interior de la Generalitat confirmó ayer que durante el pasado lunes algunos Mossos, como acto de protesta por los recortes, realizaron algunos controles de tráfico que no estaban planificados con el ánimo de causar retenciones. Fuentes de Interior, que no ha abierto ningún expediente al respecto, aunque llamó la atención a los agentes, considera «puntuales» estos hechos, que no se reprodujeron ayer, y entre los que hubo sendos controles al final de la avenida Paral·lel y en la Meridiana de Barcelona.
Puig, afectado directo Uno de los afectados por esta acción de protesta fue el consejero de Interior, Felip Puig. Cuando el pasado lunes se desplazaba en coche oficial para acudir a aun acto, el consejero se vio atrapado en un atasco propiciado por uno de estos controles, que tienen como objeto comprobar el uso del cinturón de seguridad o el casco.
Según Interior, al llegar a la altura del control, Puig se bajó del coche e inquirió a los Mossos sobre el control, que según precisaron fuentes de Interior estaba planificado aunque en ese momento, cuando Puig mandó consultarlo, aún no había sido comunicado. Según Interior, Puig ordenó a los agentes que siguieran con su trabajo de forma diligente y la cosa quedó ahí.
Sin embargo, según denunciaron ayer algunos sindicatos —que oficialmente se desmarcan de estas protestas de los Mossos—, el consejero de Interior se condujo de otra manera. Según explicó a Ep David Miquel, portavoz de SPC, David Miquel, Puig se dirigió con «actitud intimidatoria» a los policías que hacían el control sobre el uso del casco y del cinturón y les pidió el número de agente.
