Seat exeo st | Vizcaya | 9.519
[img alt=De Bilbao a Alicante, por el Kilimanjaro: una vida de aventura width=647 height=231] Tres jóvenes estudiantes recorrieron, a mediados de los 70, 23.000 kilómetros por tierras africanas con un Citroën Mehari Los tres jóvenes tuvieron que atravesar el desierto con el Mehari a cuestas. / Archivo La historia que se describe a continuación se hizo pública recientemente, pese a que sucedió hace ya 36 años.
En 1975, tres jóvenes estudiantes bilbaínos estaban a punto de realizar una de las mayores aventuras automovilísticas jamás realizadas en España: recorrer 23.000 kilómetros por tierras africanas a bordo de un vehículo de 26 cv y 300 kg de carga máxima que tuvo que soportar, en ocasiones, el triple de peso autorizado. Eso sí, hay que puntualizar dos hechos. El primero es que, lo que en principio estuvo previsto para cuatro meses, se extendió cinco más de forma no planeada. Y lo segundo: el principal protagonista fue un Citroën Mehari del 69, que hizo lo que ningún otro modelo igual había hecho antes. Como consecuencia de ello acabó tan maltrecho que, según palabras de sus ocupantes, "ha sido el primer caso en la historia del automovilismo en el que se atravesó un desierto.... a cuestas con el vehículo. El Mehari no nos llevó, fuimos nosotros los que le llevamos a él". Para que tengamos algún dato más, a modo de recordatorio, decir que la historia de estos tres jóvenes comenzó en Bilbao como un proyecto de ruta automovilística por tierras africanas, con una duración inicial de cuatro meses.
Eran los hermanos Rafael (estudiante de Biológicas, escalador, viajero e integrante de la expedición que lo hizo el último día) y Octavio Galante (estudiante de Periodismo y con la marca de haber subido al Naranjo de Bulnes por su cara oeste, con 14 años), de veinticuatro y diecinueve años respectivamente. A los mandos del Mehari, su propietario y único integrante de la expedición con carné de conducir: José Antonio Damborenea, de veinticuatro años y estudiante de Ciencias Físicas. El desarrollo y final de la historia se resume en un párrafo, aunque por el camino queda un diario que José Antonio guarda celosamente. El viaje comenzó a finales de agosto del 75 desde el stand de Citröen instalado en la Feria de Muestras de Bilbao, con dirección a Alicante, desde donde los expedicionarios tomaron un ferry hacia Orán el día 1 de septiembre, los tres jóvenes atravesaron Argelia, Níger, Nigeria, Camerún, República Centroafricana, Sudán, Kenia, Tanzania y vuelta a Kenia para llegar hasta Uganda, donde los tres expedicionarios tomaron, en mayo de 1976, un avión de vuelta a Europa. Lamentablemente, el Mehari ya no pudo volver a España. Pese a que las reparaciones fueron muchas, nunca se pudo volver a reconstruir como para poder hacer otros 23.000 kilómetros de vuelta. Del Citroën tan sólo sobrevivió la documentación, que su propietario y autor del diario, José Antonio Damborenea, guarda celosamente desde entonces.
Pasión por la aventura Sin embargo, aún hoy José Antonio conserva intacta la pasión por la aventura, y la afición por los vehículos clásicos. Durante su juventud, y antes de adquirir el Mehari, fue propietario de un Seat 600N que compró por 5.000 pesetas, y posteriormente usuario habitual de otro 600E que su familia disfrutó durante algunos años conduciéndolo por las carreteras españolas de los 70. Recientemente ha adquirido otro modelo idéntico (también de 1971) aquel segundo seíllas. "Lo cambié por una BMW y aunque el coche estaba restaurado de carrocería, la mecánica estaba muy deteriorada. Poco a poco, lo he ido poniendo a punto, y ahora tan sólo me faltan algunos retoques de motor para que vuelva a salir a rodar. La caja de cambios la reparé en el balcón de casa", añade orgulloso. La nueva aventura que se plantea José Antonio es la de recorrer las mismas rutas que hizo con el primer 600. "Si decidía ir a ver a mi novia Marisa -hoy mi mujer- a Alicante, y salía de Pedernales (Vizcaya) entrada la noche para no pasar calor y llegar a media mañana, conduciendo por aquellas carreteras generales con un coche como este, hoy tiene que ser una gozada volver a hacerlo por las autovías que tenemos. O repetir aquellos viajes durante los meses de verano para ir a escalar a los Alpes, a los Pirineos o a los Picos de Europa. Aunque quién sabe si terminaré en los destinos previstos...", comenta con una sonrisa que hace pensar en que este texto pronto tendrá una segunda parte. Fuente>>> https://www.ideal.es/granada/rc/20110710/sociedad/bilbao-alicante-kilimanjaro-vida-201107072246.html