Seat exeo st | Vizcaya | 9.519
Esta categoría de monoplazas fue ideada por la Federación Española de Automovilismo a imagen y semejanza de otros certámenes similares que se disputaban en el resto de Europa. Cuando SEAT se unió al proyecto, la Fórmula 1430 tomó forma como una de las mejores escuelas de pilotos que jamás ha tenido nuestro país. Gracias al buen estado de conservación de los modelos que SEAT conserva en su Parque de Coches Históricos tuvimos la ocasión de conducir la mayoría de ellos. Desafortunadamente, no fue el caso de este Fórmula 1430. Se trata de un chasis recuperado y preparado únicamente para usarlo como coche de exhibición.
Ponte el casco y corre
El concepto de la Fórmula Nacional, ideado por la Federación Española de Automovilismo, estaba inspirado en el que ya existían en el resto de países de Europa. Un chasis sencillo, pero bien concebido y equipado con componentes de lo más económicos, como una mecánica, una caja de cambios y unos neumáticos de serie. Una iniciativa que permitió a muchos jóvenes españoles probar suerte en los circuitos con unos presupuestos de lo más ajustados. Ford apoyaba este tipo de carreras en Inglaterra mientras que Renault lo hacía en Francia, en ambos casos con un monoplaza de estas características para competir en certámenes muy similares.
En un principio, se planteó la idea que la mecánica fuera libre, pero esto rompería con la igualdad entre los participantes. Afortunadamente, la marca española SEAT decidió involucrarse en el proyecto con lo que se impuso la fórmula de mecánica única, concretamente la del SEAT 1430. A partir de este punto, el campeonato pasó a denominarse como Fórmula 1430. Para la caja de cambios se escogió la manual de los 600 y 850, debido a que el coche montaría el motor en posición central trasera. Los chasis tenían un coste aproximado de 200.000 Pesetas, una cifra que en el año 1969 equivalía a casi el doble del precio de venta de un SEAT 1430 de calle.
La Federación Española estableció un reglamento único con unas cotas determinadas y unos componentes estándar para la construcción de los distintos chasis. Numerosas empresas de toda la península se lanzaron a la construcción de monoplazas para este nuevo certamen. La más destacada y competitiva fue, sin lugar a dudas, la barcelonesa Sélex. Lince, gracias al gran talento del piloto Emilio Rodríguez Zapico, también se consagró en la categoría. Otras marcas que fabricaron chasis de Fórmula 1430 fueron: Cordobán, Hispakart, Etco, Javier, Ro-An, Macoi y Me-Pre.
Entonces España tan sólo contaba con un circuito de velocidad permanente, el del Jarama, en Madrid, inaugurado en 1967 y diseñado por John Hugenholtz quien también concibió los circuitos de Zandvoort (Holanda) y Suzuka (Japón). La otra alternativa para disputar carreras de circuitos era aprovechar el trazado urbano de Montjuïc por las calles de Barcelona. De esta forma el campeonato sólo contaba con dos trazados en los que se llevarían a cabo todas las reuniones de la temporada. La puntuación del certamen funcionaba de la siguiente forma: 14, 11, 9, 7, 6, 5, 4, 3, 2 y 1 puntos, del ganador hasta el décimo clasificado de forma consecutiva. La parrilla de salida tenía un cupo máximo de 25 pilotos, el resto de pilotos quedaban en los boxes como reserva.
Artículo completo en Clásicos Exclusivos nº 59
Fuente>>> https://www.revistaautopasion.com/coches-clasicos/coches-clasicos/7781-seat-formula-1430-la-escuela