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Un conductor abona una multa de 105 euros en monedas de 1, 2 y 5 céntimos | Una laboriosa protesta
Dos horas y veinte minutos necesitó una funcionaria de la Jefatura Provincial de Tráfico de Lugo para contar las monedas que le entregó un vecino de Palas de Rei como pago de una multa que le pusieron en Melide y que considera injusta. José Ascariz Vázquez abonó ayer los 105 euros de la sanción en monedas de un céntimo, de dos y de cinco, aunque tras el recuento faltaban 41 céntimos y los completó con dos monedas de 20 y una de 10.
Pepe Ascariz, un electricista de Vilar de Donas, reunió ayer entre 8.000 y 9.000 monedas visitando tres de las cinco oficinas bancarias que tiene Palas, además de varios bares y comercios. Le resultó un trabajo relativamente fácil y esa mañana, a las doce, entraba en el edificio de Tráfico. Cuando enseñó la papeleta de la sanción y las bolsas con las monedas lo mandaron pasar a un despacho para realizar el recuento.
Ante la pretensión de dejar el dinero, la funcionaria que lo atendió le explicó que tenía que ser en su presencia. La operación duró desde las doce y veinte hasta las tres menos veinte de la tarde, e incluso fue necesario un segundo recuento de los paquetes que la funcionaria había ido haciendo. En el primero sobraban 53 céntimos, pero en el segundo faltaban 41 y el sancionado optó por abonar la diferencia sin más. De todas formas, le aclararon que en el definitivo que hace la empresa de seguridad, si sobra le reintegrarán el dinero.
Cuando remató la operación, Ascariz tuvo que salir por la puerta de servicio porque la del público ya estaba cerrada. «A funcionaria estivo moi amable comigo pese a que sufriu as consecuencias, pero quen tiña que contar o diñeiro eran os que me puxeron a multa», dijo el sancionado.
Según relata, su enfado se debió a varios motivos. Unos días antes fue a Melide con su hijo a comprarle un coche de segunda mano. En plena travesía, la N-547, aparcó el coche a la derecha, en dirección a Santiago, pero cambió de opinión y se subió de nuevo a su furgoneta e hizo un giro completo, dejándola del otro lado de la calle, en dirección a Palas.
Unos metros más adelante estaba un coche de la Guardia Civil de Tráfico, que se acercó. Los agentes lo sancionaron por «circular sin cinturón» y, según dice, de nada valió que les explicase que solo fue el giro. Tras preguntarle si se dedicaba a leer contadores en Santiago y contestarles que no, lo multaron y se subieron al coche sonriendo, afirma. También especificaron en el boletín «habiéndose comprobado el buen funcionamiento del dispositivo». Él inicialmente pensó que se referían al aparato de multar, pero era al cinturón, comprobación que asegura que no realizaron. Ahora estudia si los demanda.
EDITO: https://www.lavozdegalicia.es/galicia/2009/03/05/0003_7569976.htm