Seat exeo | Zaragoza | 6.175
El 7 de marzo entraba en vigor la reducción del límite de velocidad a de 120 a 110 km/h en autopistas y autovías, una medida aprobada por el Gobierno en Consejo de Ministros con la excusa de ahorrar combustible y el gasto en petróleo debido al alto precio del crudo motivado por la crisis en el norte de África. Hoy, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha anunciado ante los medios de comunicación que, durante las tres semanas de vigencia de la norma en el mes de marzo, se ha consumido un 7,9% menos de carburantes, lo que supone un ahorro para las arcas del Estado de 94,2 millones de euros –de seguir esta tendencia durante todo el año, el ahorro total se elevaría a 1.150 millones de euros–. Esta reducción en el consumo registrada en marzo supone el ahorro de 137.000 toneladas de petróleo, una cantidad que, trasladada a barriles de crudo, se traduce en 1,1 millones menos. Gracias a esta caída, el consumo en el tercer mes del año se ha situado en los niveles de 2003, descontado el gasto adicional típico de las fiestas de Semana Santa. Durante su intervención, Sebastián ha achacado este descenso a la nueva limitación a 110 km/h, aunque hay que tener en cuenta otro aspecto quizá más importante: el elevado precio de los combustibles, que está motivando que cada vez se utilice menos el transporte privado –la gasolina sin plomo 95 ronda ya los 1,40 euros el litro–. A partir de ahora, el Gobierno dará los datos de consumo cada dos meses, y en el mes de junio tomará la decisión de prorrogar o no la restricción a 110 km/h. ¿En qué se basarán para tomar uno u otro camino? Básicamente en dos parámetros: la garantía de suministro y el precio del barril, que en estos momentos se sitúa en 85,3 euros, es decir, 2,6 euros más caro que cuando se tomó la medida.