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Las previsiones para 2012 apuntan a un recorte de fabricación de 200.000 unidades
LA industria de la automoción frenó en seco. Atrás quedaron los tiempos en los que en España se podía cambiar de coche con cierta frecuencia, o en el que fabricantes y concesionarios se frotaban las manos gracias a las ayudas de las administraciones públicas. Además, en los últimos 20 años, esta actividad se benefició también de la modernización de un país que aumentaba casi constantemente sus infraestructuras y su consumo interno.
Pero la crisis cambió radicalmente la situación. La finalización, en 2010, de las ayudas estatales -a través del Plan 2000E- a la compra de vehículos auguró ya el principio del desastre.
En ese momento, las ventas empezaron a caer en picado y, desde entonces, el sector no levantó cabeza, pues las matriculaciones de automóviles no dejaron de bajar en los últimos 15 meses. A falta de conocer el balance de diciembre, descendieron un 18% en 2011, lo que sitúa las cifras del sector en niveles de 2003 y con poco más de 800.000 unidades comercializadas.
Para el director técnico de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), Fernando Acebrón, la industria de automoción afincada en España rebajó su producción en más de medio millón de vehículos desde 2008.
"Hemos pasado de fabricar casi 3 millones a 2,4 millones -explicó-, y se han dejado de matricular anualmente más de 600.0000 coches; además, el mercado ha bajado de 1,6 millones de turismos a poco más de 820.000 para este año".
Y para 2012, las previsiones apuntan a otro recorte de fabricación de unas 200.000 unidades, lo que aproxima la posibilidad de nuevos expediente de regulación de empleo temporales, medida que ya estudian en Seat, en Nissan y en Ford.
La situación es todavía más preocupante si tenemos en cuenta que hablamos de uno de los actores claves en la economía española, a la que aporta el 6% del PIB -unos 61.000 millones- y algo menos del 9% del empleo, entre puestos directos e indirectos, y que tiene su principal fuerza en las exportaciones, que crecían un 5% hasta octubre y a las que destina el 90% de su producción.
Golpe al empleo
Pero todas estas fortalezas no fueron suficientes para esquivar el descenso generalizado de la actividad económica, por más que la automoción tenga su propia problemática.
Algunos expertos opinan que la prolongación de las ayudas del Plan 2000E habría mejorado la situación. Sin embargo, otros, como Eric Delgove, de la consultora Deloitte, explican que el fin de esas subvenciones aceleró la decisión de compra de los últimos clientes, por lo que, "aunque se hubieran prorrogado, no se habrían producido muchas ventas más".
Ahora, los planes del consumidor están pospuestos. Y, como indica Ramón Masip, de Ernst & Young, este hecho "ha afectado de manera más significativa al último eslabón de la cadena: el concesionario". Las cifras no dejan lugar a dudas: 40.000 empleos perdidos en el sector de la distribución del automóvil desde el comienzo de la crisis, y 6.000 sólo durante este año.
Con este panorama, el parque automovilístico español está alcanzando una edad media de diez años, una de las más altas de la UE. Desde Ganvam, asociación que representa a 4.600 concesionarios y a 3.000 establecimientos de compraventa, y ANFAC advierten de que, si no se produce un cambio de tendencia, el porcentaje de turismos por encima de esa antigüedad se situará en 2012 por encima del 42%, algo que no había sucedido nunca.
Además, según el presidente de Ganvam, Juan Antonio Sánchez Torres, las matriculaciones pueden tardar más de lo previsto en "retomar unos niveles normales -1,2 ó 1,3 millones anuales-, ya que los principales indicadores económicos auguran una recuperación lenta y discontinua".
La primera encuesta del observatorio de la Asociación Nacional de Importadores de Automóviles, Camiones, Autobuses y Motocicletas confirmó las malas noticias. Según su presidente, Germán López Madrid, el 85% de los encuestados declaró que este año fue más difícil para sus clientes financiar la compra.
En busca de otras alternativas Los fabricantes preparan nuevos tipos de vehículos impulsados por fuentes de energía alternativas, como la electricidad, el gas natural, el hidrógeno e, incluso, el agua. Y eso, a pesar de que el coche eléctrico no haya dado por ahora los resultados esperados. En 2011, sólo se matricularon 200, frente a los 12.000 previstos por el Ministerio de Industria, lo que no fue óbice para que, en vísperas del 20-N, se prorrogara hasta 2012 las ayudas a tal fin (49 millones).Por ahora, el uso del gas natural se limita en España a autobuses y camiones de recogida de basura, aunque podría extenderse pronto hacia otros vehículos. Una generalización que puede darse también con el hidrógeno y el agua.