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Barcelona, 15 oct (EFE).- El anuncio de que Seat lanzará un nuevo modelo, un 'todocamino', ha sido bien recibido por los sindicatos, que recelan, sin embargo, de que la empresa quiera repetir la operación del Q3 y condicionar su fabricación en Martorell a la aceptación de medidas de flexibilización como mover las vacaciones.
La dirección del Grupo Volkswagen autorizó la semana pasada a su filial española, Seat, a diseñar un 'todocamino' que permitirá a la marca entrar en este segmento del mercado, aunque todavía no ha comunicado dónde se fabricará.
Aunque los sindicatos y la dirección de Seat confían en que el coche pueda ensamblarse en la planta de Martorell (Barcelona), la compañía tiene que estudiar si tendrá capacidad suficiente para hacerlo o se verá obligada a fabricarlo en otra factoría, algo que ya hace con el monovolumen Alhambra, que se produce en Portugal.
Los principales sindicatos con representación en Seat son conscientes de que la empresa necesita más capacidad de producción para garantizar la fabricación del nuevo vehículo, que podría salir al mercado en 2013 o 2014.
Las previsiones de la empresa apuntan a que en 2013 Martorell podría alcanzar las 527.000 unidades y superar las 550.000 en 2014, aunque estas cifras podrían ser revisadas a la baja en función de la situación económica.
En este contexto, los sindicatos han expresado, con matices diferentes, su temor a que la empresa pueda volver a poner sobre la mesa de negociación el dilema: nuevo modelo a cambio de aceptar ciertos sacrificios, como podrían ser una mayor flexibilización, según han señalado diversas fuentes sindicales.
Para conseguir la adjudicación del Audi Q3, que desde el pasado verano se fabrica en Martorell, los trabajadores aceptaron en 2009 una congelación salarial y la aplicación de un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal.
Precisamente, uno de los principales escollos de la actual negociación del convenio colectivo de Seat es la pretensión de la empresa de ganar más flexibilidad laboral jugando con las vacaciones de verano y aumentando los festivos a trabajar.
En concreto, la empresa plantea que sólo se puedan disfrutar de tres semanas de vacaciones seguidas y que la cuarta pueda desplazarse en el calendario, a lo que los sindicatos se resisten.
Además, quiere que se puedan trabajar hasta 21 turnos semanales (tres por día) frente a los 16 actuales, y plantea un sistema para compensar esas nuevas jornadas laborales con un plus económico y horas extras o el plus y días festivos.
Los representantes de los trabajadores creen que la flexibilidad que otorga el actual convenio es suficiente para dar respuesta a los incrementos de producción previstos para los próximos años y que estarían alrededor de los 550.000 coches en 2014, por lo que no creen necesario incluir nuevas medidas en este sentido.
Además, los sindicatos han centrado gran parte de sus reivindicaciones en este convenio en reducir la jornada laboral, que la empresa tampoco parece dispuesta a aceptar, además de conseguir incrementos salariales por encima del IPC.
La parte de la negociación del convenio que avanza más es la relativa a las retribuciones económicas, después de que la empresa accediera a aplicar el IPC real más la cláusula de revisión, en lugar del IPC previsto, como planteaba en un principio.
La dirección de Seat, que preside James Muir, plantea un sistema mixto de retribución que, además, va más allá del IPC real -que siempre quedaría garantizado- y que incluye una paga de hasta 500 euros por trabajador vinculada a los beneficios.
En un escenario de pérdidas, el sueldo mejoraría décima a décima hasta un tope de 0,5 % a medida que se recortaran los números rojos, mientras que, en un momento de beneficios, se plantearía la paga de hasta 500 euros vinculados a tres variables (un 30 % a resultados, un 40 % a la calidad y un 30 % a la productividad).