Seat exeo st | Vizcaya | 9.519
...la paz laboral de plantas españolas con inversiones.
Las empresas exigen también contención salarial para adjudicar lanzamientos-
J. CARNEIRO - VIGO La mayoría de plantas de automoción instaladas en España ha conseguido renovar su cartera de vehículos para los próximos diez años, desafiando a la actual crisis con inversiones millonarias que han sido posibles gracias a tres factores: mayor flexibilidad laboral, paz social y contención salarial. En el periodo 2009-2012 se invertirán en España 4.626 millones de euros en el lanzamiento de dieciséis nuevos modelos (entre todoterrenos, vehículos comerciales y turismos), que permitirán mantener y aumentar las plantillas y atraer incluso a nuevas empresas. La mayor apuesta realizada hasta el momento es la de PSA Peugeot Citroën en su centro de Vigo, en el que proyecta cinco lanzamientos con un presupuesto de 1.262 millones de euros.
España dejó hace tiempo de ser un país de mano de obra barata, lo que ha obligado a las fábricas de coches instaladas en el país –todas en manos de multinacionales de capital extranjero– a trabajar en otros aspectos como la logística, la flexibilidad de las plantillas y la excelencia en los procesos de producción. Todo eso para competir con factorías de las mismas marcas localizadas en países más baratos –sobre todo en los costes laborales– y cercanos a los principales mercados comunitarios (la automoción española exporta más del 80% de sus productos a Alemania, Francia e Italia), como los países de Europa del Este.
La paz social y el descenso de la conflictividad y las medidas de flexibilidad laboral acordadas entre las empresas y los sindicatos han sido un activo "muy importante" a la hora de adjudicar los nuevos lanzamientos, según admiten desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Por flexibilidad se entiende desde el tipo de contratos que se realizan a otras medidas de adaptación a las necesidades diarias de producción, como las conocidas "bolsas de horas" –mecanismos que permiten a los trabajadores acumular horas en negativo o positivo dependiendo de la evolución de la actividad–, en las que la planta de PSA Peugeot Citroën en Vigo ha sido pionera.
Pero los sacrificios de los trabajadores han ido más allá, tocando incluso la remuneración salarial, sobre la que predomina la contención. Un claro ejemplo se ha visto en la filial española de la multinacional Volkswagen: Seat. Los trabajadores de la planta catalana, que sufrieron varios expedientes de regulación de empleo (ERE) temporales durante los años más duros de la crisis, también firmaron la congelación salarial para que el grupo alemán les concediese el Audi Q3, con una inversión asociada de 330 millones de euros.
La misma situación se vive ahora en la planta vasca de Mercedes Benz, en Vitoria. La dirección del grupo alemán exige a los sindicatos una rebaja de los costes de personal de hasta el 10% como condición para recibir la nueva furgoneta V-20, que supondrá una inyección de más de medio millar de millones de euros.
Otro punto que ha condicionado la adjudicación de nuevos modelos a las plantas españolas, como así lo han reconocido algunos de sus responsables, ha sido el apoyo económico logrado del Gobierno durante los años de crisis para desplegar sus planes industriales. Uno de los casos más evidentes ha sido el de las plantas de Renault. Después de años de rumores que predecían el cierre de la fábrica de Valladolid –a favor de la planta que la multinacional francesa construye en Tánger–, Renault obtuvo un importante apoyo económico del Gobierno y la Junta para mantener su actividad, que se tradujo en la adjudicación del nuevo vehículo eléctrico Twizy (con una inversión de 500 millones de euros) y nuevos motores.
El propio director de la factoría viguesa de PSA Peugeot Citroën –el grupo que más ha invertido en sus plantas españolas en los últimos años (Balaídos y Madrid)–, Pierre Ianni, ha reconocido en varias ocasiones que el apoyo económico de las Administraciones públicas era un factor más a tener en cuenta a la hora de adjudicar un vehículo. En este sentido, la planta viguesa ha sido la más beneficiada dentro de los planes de competitividad de la automoción (con 129 millones en tres años en préstamos con tipo de interés cero).
Tanto por número de vehículos como por inversión, PSA-Vigo lidera la apuesta de las grandes multinacionales por sus fábricas en España. El plan industrial del grupo francés en Balaídos asciende a 1.162 millones de euros para los lanzamientos de dos vehículos de clase media para los mercados emergentes (M3 y M4) y un monovolumen, el B78, pendiente de confirmación oficial por parte de París. A estos se suman las versiones eléctricas de las furgonetas Berlingo-Partner, que saldrán al mercado en 2013, y que suponen una inversión adicional de 100 millones. La multinacional también ha adjudicado un nuevo lanzamiento a la planta de Madrid, la versión familiar (SW) del Peugeot 207, y en breve podría recibir otro encargo de Citroën.
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