Peugeot 308cc | Madrid | 10.620
Corren tiempos de cambio en la industria europea del automóvil. Las ventas de coches no se recuperan (cayeron otro 9 % en marzo), las fábricas trabajan a un 70 % de su capacidad, los costes de producción se disparan y las pérdidas afloran en los balances de Opel, filial europea de General Motors (GM), PSA Peugeot Citroën, Renault o Fiat.
Una vez demostrado que los recortes de plantilla y los planes de ajuste no atajan el problema, el sector habla ya sin tapujos de reestructuración y reducción de la capacidad instalada, es decir, de cierres de fábricas. «Ha llegado el momento de que se produzca un doloroso adelgazamiento del sector del automóvil en Europa para poder ser más competitivos frente al mercado asiático», afirmó en el reciente Salón de Ginebra Sergio Marchionne, presidente de Fiat y de la Asociación de Constructores Europeos (ACEA).
La lista de las primeras víctimas ya está sobre la mesa de PSA Peugeot Citroën y GM. Ambos grupos cerraron el pasado mes de febrero una alianza para revertir pérdidas con la producción conjunta en Europa. Juntos suman 21 plantas (11 la compañía francesa y 10 los norteamericanos). Si antes del acuerdo la espada de Damocles ya oscilaba sobre cinco plantas (tres de PSA y dos de GM), ahora el cierre ya es más que una amenaza para los centros de producción de PSA en Madrid, Aulnay (Francia) y Sevelnord (Italia) y los de Opel en Bochum (Alemania) y Ellesmere Port (en el Reino Unido). Juntas suman 17.500 empleos.
¿Por qué estas fábricas y no otras? Los números están hechos desde hace tiempo y los cierres están calculados para los años 2014 y 2015. Eso explica que PSA haya decidido no asignar ningún nuevo modelo a la factoría de Madrid Villaverde, en la que trabajan 2.500 empleados. Esta planta, inmersa en un expediente de regulación de empleo de 80 días para el presente año, dejará de fabricar el que viene el Peugeot 207, con lo que, a partir de ese momento, se quedarán sin carga de trabajo.