@bimbo todo comenzó cuando tendría unos 13 o 14 años. Me dediqué a guardar todo tipo de material sobre los autos. Notas, publicidades, fotos, revistas y más tarde arranqué mandando cartas, toda un antigüedad, a las empresas automotrices pidiendo folletos. Me respondían y con eso me hice un archivo interesante con el correr de los años.
Pero para finales de la década del ochenta los autos me dejaron de interesar. Por eso el material recolectado llega, más o menos, hasta el año 1990. Lo curioso, o rato, es que ese archivo estuvo guardado por más de veinte años. A principios del año 2011 tuve que acomodar ese archivo que estaba en un depósito que no era mi casa. Al ordenarlo surgió la idea de armar un blog para darlo a conocer. Eso fue el 8 de marzo de 2011, en la plataforma Blogger, la misma que toma Mofler en sus notas diarias.
No paré más hasta el día de la fecha. Pero, Archivo de autos, no deja de sorprenderme. Lo que en un principio sería un blog para nostalgiosos cincuentones, como el autor de las notas, resultó diferente. En parte los lectores son de 50 y más años de edad. Pero el grueso de los lectores/seguidores están comprendidos entre los 24 y 34 años de edad.
Eso fue descubrir que estaba escribiendo notas para las nuevas generaciones y en parte haciendo docencia sin proponérmelo. La vida tiene sus vueltas. Y todo por los viejos autos que amamos del pasado. La cantidad de historias que han contado los lectores en sus comentarios daría para un libro de anécdotas.
Tengo la teoría que los autos son como la música, unen a personas que no hablan el mismo idioma. En la página de Facebook tengo seguidores de todo el planeta y es totalmente literal. A veces recibo comentarios en inglés o portugués. Y que demuestran que leyeron la nota en español y la comprendieron.
Solo los autos logran eso. Y todavía no puedo explicarlo. Menos aún el interés de muchas seguidoras/lectoras por las notas diarias de Archivo de autos.
Aunque en realidad lo sé, buscan que alguien les cuente una historia. Como hacían nuestros abuelos en la infancia.
Todavía me quedan cosas por descubrir con Archivo de autos, y eso es lo mejor de todo.