Es en este tipo de vehículos donde los detalles marcan la diferencia, por encima de ningún otro segmento. En su definición, todas las berlinas “puras” (y no modelos sedán derivados de compactos) cuentan con espacios muy generosos para los ocupantes, maleteros “salvavidas” en ocasiones puntuales y grandes innovaciones tecnológicas que, lamentablemente, se han de pagar aparte en la mayoría de los casos. Por el contrario, el diseño en este tipo de coches no suele ser nunca el punto álgido. Cualquier exceso de atrevimiento por parte de las marcas puede pagarse caro. Muy caro.
Por este motivo, tanto Peugeot como Volkswagen han optado por estrategias diferentes dejando buena nota de su carácter. En Peugeot no han dudado en romper con un modelo de gran penetración en el mercado como fue el 407, al que han borrado del mapa para dejar paso a un nuevo concepto de coche, más grande, más espacioso y sinceramente, mucho mejor. Con diez centímetros más de longitud que su antecesor, un maletero con el que ya puede empezar a competir en el segmento y un aislamiento del habitáculo exquisito, seguro que a más de uno le asaltarán las dudas.
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