Según aparcaba el Peugeot 508 tras haber pasado los últimos días del año con él y haberos detallado a la nueva berlina de la marca del león en profundidad, un Peugeot 308 con un tono azulado me estaba esperando para volverse conmigo. Un cambio de llaves por las del 508, digo adiós a la berlina con sus grandes virtudes (sobre todo de acabado) y el cambio manual pilotado al que ya me había acostumbrado y me acerco al 308, muevo el tirador de su puerta y…
… y no, esta vez no hay keyless… ya me había acostumbrado. Me acomodo en el asiento, lo ajusto a mis medidas, dejo la llave sobre el puente centra y busco el botón de Start… tras toparme de nuevo con el hábito adquirido en el 508, inserto la llave, la giro y comenzamos con la prueba de este Peugeot 308 e-HDI Allure.
Pasados los primeros kilómetros, hecho ya a la disposición de los mandos, al nuevo volante, al cambio manual, llego hasta el garaje que ocupará el Peugeot 308 durante la próxima semana. En unos minutos, volveré a salir con él, a recorrer unos cuantos kilómetros más para estrechar lazos entre los dos, para gastar un poco de diésel en conocernos… pero antes, vamos a las presentaciones.
Peugeot e-hdi 112 cv: su motor, prestaciones y datos oficialesEl compañero que aguantará kilómetros conmigo durante esta semana es un Peugeot 308 e-hdi con el acabado Allure. El motor, es el mismo que ya pudimos conocer en la prueba del Peugeot 508, el nivel de acabado también pero entre ambos hay grandes diferencias, tanto en el comportamiento del primer aspecto, sobre todo gracias a su cambio, como en lo que al acabado se refiere.
El motor e-HDI, es un bloque de cuatro cilindros y 1.6 litros de cilindrada, que entrega una potencia máxima de 112 caballos y un par de 270 Nm desde 1.750 rpm. Prestacionalmente registra una velocidad máxima de 190 km/h mientras que su aceleración en el 0 a 100 km/h es de 11.4 segundos.
Entrando a analizar sus consumos, por el momento, según cifras oficiales, nos encontramos con un consumo urbano de 5.4 l/100 km. Fuera de ciudad y afrontando la autovía, el consumo homologado es de 4 l/100 km, dejándonos con un consumo medio de 4.5 l/100 km.
Para su transmisión se recurre a una caja de cambios de 6 velocidades manual cuyo tacto a diferencia de la caja CMP me dejó buenas impresiones desde los primeros kilómetros, pero que conoceremos en profundidad durante la parte dinámica de esta prueba. Cuenta además con sistema Start&Stop, entrando en funcionamiento no de forma tan habitual como con el Peugeot 508.
Sus dimensiones son de 4.27 metros de largo, poco más de 2 metros de ancho y una altura de 1.50 metros. La distancia entre ejes es de 2.61 metros y su maletero tiene una capacidad de 348 litros. Su depósito de combustible es de 60 litros y el peso total de este Peugeot es de 1.318 kg. Los neumáticos empleados en la prueba son unos Continental Contisportcontact 3 con unas medidas de 225/45 y llanta de 17 pulgadas. La capacidad de carga de su maletero ofrece unas dimensiones medias para su categoría, con huecos portaobjetos a ambos laterales, uno de ellos descubierto y el otro tras una trampilla con cierre.
El Peugeot 308 se ha convertido en un habitual de nuestras carreteras y ciudades, por lo que estéticamente y siendo francos, no nos encontramos con un coche que levante pasiones y gire el cuello de los transeúntes a su paso. En este sentido, la tonalidad blanco perlado del Peugeot 508 conseguía un mejor efecto visual.
En la noche, al presionar el botón de apertura en el mando, las luces diurnas nos darán un saludo bastante llamativo, quedando en haz de luz formado por estas como una bonita seña de identidad en la oscuridad. En su diseño destaca precisamente este frontal, gracias sobre todo a sus ópticas. Las llantas de 17 pulgadas ayudan también al apartado estético mostrándose en apariencia no demasiado exageradas al integrarse bien en los pasos de rueda.
Entrando en su habitáculo nos encontramos con un acabado bastante más espartano, la primera impresión fue de un aspecto bastante tosco en general, pero claro, sólo habían pasado unos segundos desde que había dejado el 508 a un lado.
Unos asientos de corte deportivo me daban la bienvenida a su interior, tras acomodarme, miro tras el volante y me encuentro con unas esferas que a pesar de lucir un diseño sencillo tienen el fondo blanco, me gusta como queda. El volante tiene una buena ergonomía, pero si en el 508 me quejaba de la distribución de los botones, aquí tengo que tachar su diseño de demasiado parco, algo “hinchado” y de nuevo, una ligera sensación de tosco.
Los mandos multifunción se ubican en esta ocasión tras el volante, en dos palancas a ambos lados de tacto algo duro con accionamiento por tecla y ruleta. Sobre el salpicadero encontramos una pantalla abatible de buenas dimensiones pero con una interfaz de aspecto más sencillo, sobre su accionamiento no tengo ninguna queja, su sencillez en este sentido lo veo toda una ventaja a pesar de que visualmente se muestre un escalón por debajo del del 508 o dos por debajo de la pantalla del Audi Q3, al que gana en facilidad de uso.
En lo referente a su habitabilidad no encuentro ninguna pega. Tengo un espacio cómodo desde el puesto del conductor, hay un sitio correcto para el acompañante y en la parte trasera pueden montar tres adultos sin ninguna pega. Encontramos un buen número de apartados para dejar objetos, con espacio bajo la consola central (útil para la diaria operación de montarte en el coche y dejar cartera, móvil y llaves) y otro espacio en el reposabrazos. En las plazas traseras también cuentan con reposabrazos central con posavasos.
En cuanto al acabado, encontramos plástico duro en el puente central, hasta que llegamos a un aplique en aluminio bajo la consola. Sobre el salpicadero nos encontramos con un tejido blando y algo gomoso que no tiene mal tacto a pesar de que su presencia no sea excepcional. El acabado en aluminio se repite en aireadores, tiradores, reposabrazos de las puertas y pomo del cambio que presenta un buen diseño para su empleo.
Los detalles que más me gustan de su interior llegan de la mano de sus asientos en cuero y tela, con un buen agarre (a pesar de que las orejas inferiores, las que sostienen la cintura, mostraban algún síntoma de desgaste). Además, el techo panorámico me parece una opción siempre acertada, dando un buen toque estético y una mayor sensación de amplitud. Cuenta con cortinilla símil al techo que se pliega automáticamente. El climatizador bizona también funciona bien a pesar de que en las plazas traseras no notan tanto su efecto (cuenta con toma de aireación central trasera).
Visto su interior y exterior, es el momento de volverlo a arrancar, salir del garaje y afrontar el primer tramo con este Peugeot, la ciudad, para ver más tarde cómo se desenvuelve por carretera. Ponemos en marcha su motor, la pantalla se eleva, quitamos el freno de mano y… ¡hasta la segunda parte!
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Fuente>>> https://www.diariomotor.com/2012/02/03/peugeot-308-e-hdi-1-6-112-cv-allure-a-prueba-i/